miércoles, 1 de junio de 2016

Charlas de café



... y huele a café. Y las tenues luces calientan a través de originales lámparas de cristal, de hierro; colgadas del techo, brotando de la pared. Y suena buena música: Rock del clásico, a veces Blues, algunas Jazz. Con todo esto muchos donostiarras han elegido el Alboka como cobijo para leer, disfrutar las horas de pira, o descansar la mente tras horas en el Koldo. Porque este bar de la calle Easo ofrece algo difícil de encontrar en otros sitios: un ambiente de tertulia. Una atmósfera de charla motivada por la hogareña decoración  inspirada en los años veinte, la sincera confianza con que se recibe a los clientes, y la disponibilidad de sus paredes para albergar las propuestas de todos y para descubrir algo a muchos.

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