miércoles, 1 de junio de 2016

El Alboka, ese clásico "where everybody knows your name"


 Sentirse persona antes que cliente en la barra de un bar es un motivo por el que inclinarte por determinados locales. Porque el café sabe más rico cuando te lo sirven sin preguntarte cómo lo quieres, y porque es más agradable beber cerveza cuando el número de vasos va creciendo proporcionalmente al número de interlocutores. Hay muchos aspectos en juego a la hora de valorar qué bares frecuentar. Algunos de ellos podrían ser el tipo de gente que lo alterna, la música o la decoración. Pero, el que te saluden por tu nombre de pila según cruzas la puerta debe de ser uno de peso. Porque en el Alboka nunca han dejado de hacerlo, y treinta años después de su apertura, las generaciones que eran jóvenes cuando se servían las primeras cañas siguen acudiendo a tomárselas allí. Claro que también hay otros.








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